Juárez y su caída en picada a Coapa
APERTURA 2012. México, DF. 13/06/2012. Con la emoción a flor de piel y el aplomo intacto tras haber vencido a Brasil, aquel 2 de octubre del 2005, cuando corría el minuto 47 del segundo tiempo, el pitido final decretó que México era el monarca mundial sub 17. Y entre los once aztecas, aquél discreto ‘3’ alzó los brazos en señal de victoria, corrió al centro del campo y elevó un grito al unísono “somos campeones”, era la joven promesa de los Pumas, Efraín Juárez.
De inmediato, el club universitario le propuso jugar en el primer equipo, pero Juárez, seducido por la grandeza del Barcelona, que lo catalogó como un crack, decidió dejar a los felinos para emprender su aventura en España. “Estoy muy contento porque tengo ya contrato. Esto es el principio; mí intención es ya no volver acá y hacer carrera fuera de México”, decía Juárez, ilusionado por ser elemento culé.
Pero la aventura en La Masia no duró mucho, Juárez no pudo consolidarse y fue cedido a clubes como el Barbate español, el Everton inglés y el AEK Atenas de Grecia; tras un trajín europeo, el defensor decidió regresar a los Pumas en el 2008, club en donde de inmediato encontró la titularidad y un año después consiguió la sexta estrella para Universidad.
El título felino le abrió un lugar en la selección de Javier Aguirre que fue campeona de la Copa de Oro 2009; Juárez estaba viviendo una época de ensueño, se adueñó del costado derecho del ‘Tri’ mayor y jugó las eliminatorias y el mundial de Sudáfrica 2010. Después de la justa internacional, Juárez dejó de nuevo a los Pumas y emigró al Celtic de Escocia, club que se maravilló con la calidad que mostró a su llegada, pero su estela se fue apagando hasta que el eclipse total lo relegó a la banca, situación que no pudo revertir en el Zaragoza a lado de Pablo Barrera y Javier Aguirre.
Y la solución que Juárez encontró ante el bache en su carrera fue regresar a México con el América, pues a su parecer “es el equipo más importante de México, es un gran proyecto, muy ambicioso e importante”. Y el lateral es claro, si no hubiera llegado a las Águilas, no habría regresado al futbol mexicano, ahora, como azulcrema, dice sentir la camiseta desde el primer momento: “Tuve la oportunidad de que desde hace mucho tiempo el América tuvo acercamientos conmigo y gracias a Dios se dio en este tiempo. Estoy muy contento, lo digo de corazón”.
Pero Juárez dice llevar a la afición puma en el corazón, más allá de llegar al archirrival, espera ser comprendido y le pide serenidad a los seguidores felinos. “No puedo negar mi pasado, ni lo haré nunca, al final la gente debe entender que no soy el primero ni seré el último que ha pasado por esto, vengo a entregarme como lo he hecho con todas las camisetas que he tenido la oportunidad de representar”.
Lo cierto es que Juárez arribará al máximo rival, es la joven promesa que se fue apagando poco a poco, aquél que ahora debe guardar su pasado puma que lo hizo campeón y lo encumbró a la selección para poder triunfar en las Águilas y emerger del olvido.